Elvira Sastre (Segovia, 1992), poetisa y traductora, comenzó su andadura a los 12 años cuando escribió su primer poema y ya a los 15 abrió su blog "Relocos y recuerdos".
Su primera oportunidad editorial le vino de la mano de la Editorial Lapsus Calami y en el año 2013 vio publicado su primer libro Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, prologado por el escritor Benjamín Prado. Un año más tarde y ya con Valparaíso Ediciones publicó su segundo poemario Baluarte. En el pasado año, 2016, publicó sus dos últimas obras: Ya nadie baila y La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida.
¿Nació escritora o se hizo en este particular oficio a partir de un determinado momento?
Nací lectora, y una cosa llevó a la otra. Cuando una nace y crece rodeada de libros, es casi inevitable querer formar parte de ellos.
¿La realidad suele llamar a las puertas de su obra y penetra en ella, o se queda fuera y expectante al contar en su caso con un universo de particulares coordenadas?
Suelo crear un universo a partir de un punto en la realidad.
¿El papel en blanco es un reto que le genera inquietud y le lleva a dar voz a su universo creativo o por el contrario le atenaza con el dictado de atender un compromiso asumido?
Suelo enfrentarme a la hoja en blanco con el bolígrafo desenfundado, por lo que no me genera inquietud sino desafío. No me da miedo la batalla.
¿Los personajes de sus obras crecen alimentados por su atención o le desbordan con vida propia, exigiendo mostrar realidad existencial?
Creo que sucede algo extraño: los pienso de una manera y acaban convirtiéndose en otra cosa. Menos mal; me aburre lo que ya conozco.
¿Se ha visto en alguna ocasión tentada a dejar sin aliento su obra por considerar que transita por un sendero demasiado horadado, en el que nada nuevo podría surgir?
No. Siempre busco rincones que no haya explorado antes. Intento no repetirme, aunque hable siempre de lo mismo.
¿El impulso, el resorte que le mueve a iniciar su obra, lo encuentra en la vida misma y le acompaña despertando avidez por definir con precisión el escenario donde sitúa a sus personajes?
Sí, totalmente. Estoy ávida de encontrar esos detalles que forman la vida.
¿Siente curiosidad por establecer diálogo con sus lectores y conocer qué les ha suscitado la lectura?
Por supuesto. Me maravilla la magia de la literatura y contemplar cómo lo que yo escribo significa algo totalmente distinto para otra persona.
¿Se siente tentada en dar respuesta a las inquietudes que nos acompañan, a los problemas que atenazan a la sociedad en la que vivimos?
Sí, todo el rato.
¿Muestra avidez por la lectura, con el entusiasmo que recomendaría a los lectores de sus obras o de otros, compartiendo un impulso muchas veces inexplicable?
Por supuesto, creo que la lectura es algo totalmente necesario. Una suerte vital.
Muchos autores consideran que una vez puesta su obra en manos del lector esta tiene vida propia y marcha con absoluta independencia. ¿Es así en su caso, o le invade lo que alguien ha denominado materna-responsabilidad, interesándose por los ecos que una vez suscita en el nuevo recorrido?
Es así: una vez que escribo, lo puesto sobre el papel deja de ser mío y pasa a ser de quien lo lee. Necesito que sea así para sentir finalizado el proceso creativo.