Actividad gratuita.
Entrada libre hasta completar aforo.
En Chicago, una niña de bien cayó en desgracia. Digamos que su infancia Disney se
tornó en adolescencia Tarantino: conoció a quienes no tendría que haber conocido,
probó todo lo que se suponía nunca llegaría a sus manos y se convirtió en lo que más
miedo le daba. Cambió diademas por cresta, ballet por Rock and Roll y príncipes por…
¿Joey Ramone o Sid Vicious?
La cosa es que la niña de bien pasó a ser rebelde con causa. Se reinventó pasadas de las
doce, sin hada madrina y en compañía de cinco ratas callejeras. Las metamorfosis nunca
son fáciles.
Hay historias que vale la pena contar, como esta, la mía. Aunque advierto que no es una
historia dulce: Va de mi vida, de la vida real, de la que duele. Y del amor, pero no como
lo imaginas, sino como el que se vive. Imperfecto. Como tú y como yo.